Una abuela curandera enamorada del Gauchito Gil cría a su nieto bien al norte de la provincia de Buenos Aires. Un hombre con el corazón roto busca el rumbo de su vida al otro lado del Atlántico. En su segunda novela, Gabilondo escribe con ternura y vulnerabilidad desde el recuerdo de esa infancia tan suya, en un pueblo al que decide volver una y otra vez.