Me conmueve muchísimo poder anunciar que mi segunda novela, Me hace ilusión, tiene una nueva oportunidad. Esta vez, de la mano de Nido de vacas, editorial que desde el noroeste de la provincia de Buenos Aires trabaja con un profesionalismo y una convicción total, pero sobre todo, con un amor íntegro hacia la literatura. Me conmueve porque Federico Riveiro además de ser un editor notable, es una persona hermosa, un buen tipo. Cuando comenzamos con esta aventura de la nueva publicación, le hice solo un pedido específico: necesitaba que en la tapa esté mi abuela Pichona. Porque sí, porque siento que me cuida. Y él, sin dudarlo un segundo, lo hizo posible. Y en ese periplo, se sumó Juan José Oppizzi a revisar otra vez el texto y a escribir la contratapa. Juan es un maestro, una referencia absoluta, un amigo. Me siento un privilegiado por caminar al lado de personas que admiro y quiero.
Me hace ilusión nació de nuevo y pronto vamos a comunicar las librerías donde la podrán encontrar. Además, ya la pueden recibir en la puerta de su casa, comprando de manera digital acá: https://nidodevacas.mercadoshops.com.ar/MLA-1452752030-me-hace-ilusion-leandro-gabilondo-_JM
Me hace ilusión tiene una importancia vital para mí, más allá del hecho literario en sí. Y que esta publicación tenga esta esencia; esta correntada tan genuina de meterle y meterle por confiar tanto en la palabra, desde donde sea; es algo que no quiero que me pase desapercibido, quiero defenderlo con el corazón.
Como bien lo indica Eugenia Almeida en uno de los epígrafes de la novela:
“Un giro, una torsión.
Un serio divertimento.
Un movimiento ante la paradoja: la risa.
Una lista de cosas a no olvidar”.
Ojalá Me hace ilusión gire de boca en boca, de ojos en ojos, de biblioteca en biblioteca, de abrazo en abrazo. Es simplemente realismo mágico, bonaerense, cuchillero, barrial y melancólico. Un modo de convivir con la miseria y la maravilla del mundo.