Lo que se denomina normal de prepo es peligroso,
no me daba cuenta del ruido del ventilador
hasta que lo apagué.
Ahora llueve como en una final de Copa Libertadores
y desde la ventana miro el desperdicio de la épica,
los caminos bifurcados que abren las gotas de vidrio.
Amo la Argentina: sonrío cuando veo un auto
con una botella de plástico arriba del techo,
implacable código popular que indica la venta.
No sé si funcionará en el resto del mundo,
podría googlearlo, pero no quiero:
un poema siempre es una duda.
Tengo días y días, repito en mis respuestas,
me quiero convencer y lo único que logro
es subirme a un triciclo con motor de avión.
El problema es que el tiempo es una yarará,
bicho introvertido que te mata
cuando siente que puede morir.
Te hace mal ser tan fatalista,
me dijo mi hermano con cariño y vehemencia,
y tiene razón, claro que tiene razón,
pero cómo le explico
que escribo
porque tengo miedo.