Casi siempre que voy al chino me pregunto
cómo harán para vivir en una cultura tan distinta,
adaptarse al idioma, a los bombos,
a esta intensidad, a la miseria de TN,
al ritmo de nuestra melancolía crónica.
Admiro esa supervivencia,
es como si a mí me tiraran en un bote,
ahora, con esta llovizna y este frío,
en el medio de tu distancia.
Lo primero que haría es
prender una bengala
y ponerme a llorar.